Duelo en la familia
Forma de sobrellevar el duelo. Testimonio
02/12/21
¿Cómo reponerse ante la pérdida de un ser querido, un suceso inesperado, una catástrofe y todas las formas en las que el dolor humano se hace presente?
La American Society of Clinical Oncology cuya concepción del duelo la toma como "la respuesta emocional de una persona ante la experiencia de una pérdida", la diferencia del luto como "el proceso de adaptarse a la vida después de una pérdida...influenciado por la sociedad, cultura y religión de la persona".
El término pérdida no se le asigna únicamente al fallecimiento de un ser querido, sino que puede incluir otras formas tal como la pérdida por abandono (de una madre a su hijo/a), la pérdida de la intimidad, de un estado de salud, del hogar, etc. que, naturalmente, desestabilizan de manera repentina, toda la vida de la persona.
En este apartado se hace referencia al dolor extremo que ocasionan el duelo y el luto, y, cuya intensidad es tal, que quien lo sufre parece sentirse paralizado, toda su vida se frena, y no sabe cómo afrontarlo. A continuación, se proponen algunos casos:
- Un accidente en el que los familiares fallecen excepto uno de los niños, o uno de los padres.
- Una enfermedad terminal de alguno de los miembros de la familia
- Una niña/o cuya intimidad ha sido violentada en una o varias ocasiones por un familiar, varios de ellos o incluso por su progenitor.
- Un desalojo de una familia quedando en situación de calle
- Una catástrofe en la que mueren varias personas.
El dolor puede ser individual (es una persona la que sufre la pérdida), o compartido (varios hermanos pierden a su madre); y, aunque sea de este modo, cada persona lo vive de manera única.
Para que la respuesta emocional y el proceso de adaptación ante una pérdida sean procesados de la mejor manera posible, es preciso la predisposición a elaborarlos según ciertos recursos. Los mismos resultan de las conductas y actitudes que se adopta ante el suceso ocurrido. Se prioriza en:
- La forma de conducir los pensamientos iniciales intrínsecos, en la búsqueda de un sentido ("para qué") al hecho reciente o recuerdo que se repite de forma recurrente. Este hecho en primera instancia no se logra comprender, se sabe que es irreversible, no se sabe cómo superarlo y cambia abruptamente toda su vida. Para esto la retroalimentación positiva con pensamientos como "no estoy solo, voy a salir adelante, gracias por estar" y compartir cómo uno se siente, son formas de evitar cuestionamientos internos ("por qué") que perjudican el avance hacia las etapas del duelo.
- Dedicar tiempo, para procesar la emoción que produce el hecho de manera intrínseca y extrínseca. Desde que el dolor se hace presente, hasta que se lo asimila como irreversible, se acepta, y se recupera la rutina; es un proceso intrínseco de cada persona en donde la emoción inicial se va transformando. Esto lleva tiempo y se procesa cuando uno se encuentra solo. Es preciso para esto vivir las etapas del duelo, sus tiempos y estar atentos a las extensiones de los tiempos (en caso en que la extensión dure más de lo previsto o en los que el pensamiento y sentimientos estén en un callejón sin salida, si esto ocurre sería recomendable consultar)
- La forma de expresar extrínsecamente ese dolor a los demás, con llanto o frases recurrentes, que se repiten una y otra vez durante los primeros instantes. Estas son expresión del sentimiento interno y una forma de protección ante el desborde emocional que esta situación produce ("no puedo creerlo, no sé cómo voy a seguir")
- Aceptar la compañía, las atenciones de otros, no vivir el dolor en soledad, evitar el aislamiento y pensamientos como "no quiero cargar a otros con mi dolor", ya que para liberar lo que llevamos dentro, debemos hacerlo junto con otros incluso expresando una y otra vez el mismo sentimiento.
- Pedir ayuda, dejarse ayudar. Cada uno sabe qué está produciendo y qué limita ese dolor en su interior y en su repercusión física (ej. No encuentro sentido, no estoy pudiendo continuar con mi rol de madre, siento angustia constantemente, no logro que se pase el dolor de cabeza, no puedo dormir, etc.). Poder no solo contar con la compañía de otros sino con asistencia profesional (médico, psicólogo / psiquiatra, ayuda espiritual, orientador familiar, etc.) para enfrentar, con mas herramientas, situaciones en las que no se logra avanzar.
- Ser conscientes de que, del hecho en sí, y de sus efectos no se puede tomar control ni escapar. El hecho no puede variar, esta persona falleció y no va a volver, esto ocurrió y no se puede volver atrás. La forma interna de procesar el hecho puede variar y depende de uno, tomar control de lo que le sucede e implica y elegir seguir adelante con esta nueva forma de vida; es algo que parece imposible los primeros días, pero que con el tiempo se va desencadenando.
Intensidad de la vivencia dolorosa
Para evaluar la intensidad de la vivencia dolorosa debemos prestar atención a ciertos indicadores tal como:
· El "ser" interno (forma de ser): Carácter y temperamento, actitudes, elecciones, forma de tomar decisiones, voluntad para salir adelante, capacidad resiliente, control de emociones, capacidad de pedir ayuda, forma de vivir la fe, experiencia anterior, etc.). Esta forma de ser es la que facilitará o no la asignación de un sentido al hecho mas o menos grave que ha ocurrido, (ej. no es lo mismo que a una persona que tiene fe pierda a su madre, que a alguien que no la tiene), que uno logre procesarloen mas o menos tiempo y lo supere o no.
· Los hechos externos: éstos hacen que se intensifique o atenúe la sensación de dolor, ej. ha ocurrido el fallecimiento de un ser querido en otra ciudad a la que se encuentra la familia, no hay acceso a información para saber si la persona se encuentra desaparecida o ha fallecido en una catástrofe. Otro ejemplo podría ser el fallecimiento de un niño ante el de una persona mayor, el hecho de que la pérdida sea esperable por ser una enfermedad terminal ante un período largo de tiempo o un suceso repentino, etc.
¿Cómo ayudar a una persona que vive un hecho doloroso?
Si bien en los primeros momentos de ocurrido el hecho, las palabras no parecen resonar en el interior de quien está dolido; la compañía y la sola presencia, hacen que, quien padece, no lo viva solo. Muchas veces no se sabe que decir en momentos críticos, acudir a "estar" presentes, acompañar con la mirada, el abrazo, la contención, vale mucho ya que ayuda a quien sufre a sentirse contenido y tener la posibilidad de liberar lo que lleva dentro. Naturalmente el ser humano está preparado para procesar el dolor, no solo para superarlo personalmente sino para vivirlo (compartirlo / expresarlo) junto con otros.
Estar alertas: cuando una persona no puede expresar el dolor de manera extrínseca, cuando una persona silencia su dolor, cuando hay constante desborde emocional (la expresión emocional no cesa: gritos, golpes, llantos desesperados, etc.)
Lic. Bernadette Helou
Testimonio
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